sábado, 11 de junio de 2011

Digamos que lo he dado todo por ti, incluso cuando estabas mal por ella, he intentado subirte el animo, cuando sabias que era yo la que estaba rota por dentro.
Todo. Pruebas de todo tipo he tenido que pasar para que no te fueras, para que estuvieras bien, y cuando estabas bien, yo sonreía aunque cuando te ibas maldecía su nombre una y otra vez.
Y ahora, cuando ya ha pasado todo, nos tenemos que separar, tu te vas por un camino distinto al mio, y te atreves a decirme que después de sufrir y llorar por ella, lo vas a volver a intentar.
¿Que leches te da? Aun no le he logrado entender, ni creo que lo entienda nunca.
Tampoco quiero que me lo cuentes, solo quiero que seas feliz, y si ser feliz tiene que implicar que este ella en tu vida, adelante, pero entiende que yo ya no estaré ahí para escucharte ni para secarte las lágrimas. 
Por qué fiarse del reloj si cada vez que lo miras señala una cosa distinta...

4 comentarios:

  1. Puuaf, que entrada más triste, no? pero bueno, es la verdad..

    ResponderEliminar
  2. Me encanta.
    Joder que preciosa!
    Sí señor... ''yo ya no estaré ahí para escucharte ni para secarte las lágrimas'' lo más imporante es no arrastrarse NUNCA.
    Me encanta tu blog, pásate por el mio :)
    http://atadaatimesientolibre.blogspot.com/
    Un beso ENORME! (:

    ResponderEliminar
  3. Eso, eso!! Es que hay que saber poner unos limites, si no no hay quien pueda aguantar la situacion!
    un beso, gracias por comentaaar! ^^

    ResponderEliminar
  4. Qué duro sí... parece que nos gusta el sufrimiento y cuanto peor nos lo hacen pasar, más dispuestos estamos a darlo todo...

    Gracias por comentar en mi blog :)

    Un abrazo!

    ResponderEliminar

Gracias por comentar ;)