sábado, 7 de abril de 2012

Cómo pudimos llegar a querernos tan mal.

Y entonces te das cuenta de la cruda realidad. De que no queda nada, nada de lo que un día conseguía sacarte la mejor de tus sonrisas. Y es que... va a ser verdad eso de que las personas cambian. Cambian hasta el punto en el que piensas: "No lo conozco, no es él,  el mismo de antes" Simplemente te echas las manos a la cabeza y confirmas lo absurdo de la situación. Y aunque nadie lo entienda, duele. Y aunque pienses que soy de hielo,  siento. Porque nunca llegarás a entenderme, ni te voy a dar la oportunidad de hacerlo.

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