jueves, 14 de abril de 2011

En la soledad todo está permitido.

Ellos tienen razón, esa felicidad al menos con mayúscula no existe, ah pero si existiera con minúscula, seria semejante a nuestra breve presoledad. 

Después de la alegría viene la soledad, después de la plenitud viene la soledad, después del amor viene la soledad. Ya se que es una pobre deformación, pero lo cierto es que en ese durable minuto uno se siente solo en el mundo. Sin asideros, sin pretextos, sin abrazos, sin rencores, sin las cosas que unen o separan y en esa sola manera de estar solo ni siquiera uno se apiada de uno mismo. 

Hay diez centímetros de silencio entre tus manos y mis manos, una frontera de palabras no dichas entre tus labios y mis labios y algo que brilla así de triste entre tus ojos y mis ojos claro.

 
A veces no me siento tan sola si imagino, mejor dicho si se que mas allá de mi soledad y de la tuya otra vez estas tu aunque sea preguntándote a solas que vendrá después de la soledad.

3 comentarios:

  1. Puaaf, es un texto con muchas verdades eeh!!
    Millones de veces nos sentimos solos y no sabemos qué hacer :(
    Por cierto, me quedo con esta frase : "Hay diez centímetros de silencio entre tus manos y mis manos" ♥

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  2. jajaja ya ves! es muy bonito, a veces la soledad puede ser lo peor, pero no te preocupes, detras de cada soledad seguro que viene alguien que te pueda acompañar.. :)

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